La verdad es que me encanta la Navidad. Hay quién cree que son unas fiestas comerciales, sólo para comprar regalos y comer y comer y comer... pero para mi son fiestas especiales de compartir.
De compartir regalos... me encantan los regalos, los que recibo y los que hago. Disfruto pensando, comprando y envolviendo. Me encantan las caras antes de romper el papel y los nervios de ver quién empieza a abrir los regalos... que chulo, que especial.
De compartir esperanzas... siempre. Las del nacimiento otra vez del niño del portal y las que trae consigo la llegada del año nuevo. Y también deseos, y buenas intenciones, y buenos própositos y ganas de ser un poco mejor, más paciente, más tolerante, más empatico, más comprensivo y menos... (muchas cosas).
De compartir tiempo... con los que quieres, con los que ves mucho y con los que aprovechas para ver en Navidad. No sé que tiene la Navidad pero todo el mundo encuentra un hueco para reunirse y reir y recordar... ¿porque siempre se recuerda en Navidad?... a los que ya no están, a los que conociste en el colegio, en la facultad...
En fin, que ya han pasado los días y creo que los he podido disfrutar en compañia de quién más quiero. El Espiritu Navideño sigue ahí, pero creo que pronto se apagará, se apaga... quizá porque este año encendí la vela tarde o porque no brilló demasiado.
Queridos Reyes Magos, para el año que viene espero portarme mejor, y esperaros con más ganas. Y brillar y hacer brillar. Siento no haberos dejado galletas este año... el año que viene serán de chocolate para compensar ¿vale?
Queridos Reyes Magos...
